El lifting facial es un procedimiento quirúrgico que se realiza para estirar la piel, tensar los tejidos profundos y redistribuir los volúmenes de grasa de la cara. El paso de los años, la exposición al sol, la gravedad e incluso el estrés se hacen perceptibles en el rostro.
Según donde estén localizados los signos de envejecimiento, se pueden realizar dos técnicas distintas. Por un lado está el lifting cervicofacial que abarca cara y cuello y por otro lado, está el lifting frontal, que comprende frente y cejas. El lifting puede realizarse aislado o asociado con otros procedimientos como la blefaroplastia o la lipomodelación.
En función de las características anatómicas de la cara y de otras variables como las preferencias del cirujano y el paciente, la localización de las cicatrices puede variar mucho a lo largo de toda la cara, pero cualquier tipo de incisión en el lifting facial suele quedar muy bien escondida.
ANESTESIA, TIEMPO QUIRÚRGICO E INGRESO HOSPITALARIO
Esta técnica suele realizarse en un tiempo de entre tres y ocho horas, dependiendo de las zonas a tratar. El lifting facial se puede realizar bajo anestesia general o bajo anestesia local, dependiendo del caso y la complejidad de la cirugía. Generalmente suele ser preciso el ingreso, dándose el alta al día siguiente. Es importantísimo, que el cirujano conozca las actividades postoperatorias del paciente, para que pueda dar indicaciones claras de lo que el paciente puede y no puede hacer.
La cirugía de lifting facial es una técnica segura, siempre y cuando sea realizada por un cirujano plástico cualificado. Sin embargo, y aunque el porcentaje de incidencia sea muy bajo, como en cualquier operación siempre pueden existir complicaciones y riesgos asociados.
El hematoma o acumulación de sangrado es la complicación más frecuente que puede aparecer tras el lifting facial. Aunque siempre se colocan drenajes para intentar evitar la aparición de los hematomas, algunas veces es necesario drenarlo sin mayores consecuencias en quirófano. Por otra parte, las cicatrices resultantes de esta cirugía suelen ser de buena calidad, no obstante puede ocurrir una cicatrización mala, sobre todo en pacientes fumadores o en ocasiones hacerse abultadas o anchas.
También puede ocurrir la pérdida de la sensibilidad de la cara de forma temporal o una reducción en la actividad de los músculos faciales. Pero estas dos complicaciones suelen desaparecer en un breve período de tiempo.